miércoles, 12 de agosto de 2009

MACANUDO EL TIPO


Denuncia que su padre muere de un infarto en el trabajo y su jefe lo abandona en la calle
**La Guardia Civil investiga la denuncia del hijo del fallecido.
**Era un inmigrante uruguayo sin papeles.
**El dueño del local donde hacía unas reformas lo arrastró a la calle para no verse implicado.

EFE. 12.08.2009

La Guardia Civil ha abierto una investigación por la muerte de Luis Beltrán Larrosa Conde, ciudadano uruguayo que vivía de manera irregular en Tenerife y que, según su hijo Pablo, murió por falta de asistencia tras sufrir un infarto en el lugar de trabajo.
Según la denuncia, el propietario del local dijo que solo quería que el hombre tomara un poco el aire
Pablo Larrosa ha denunciado que su padre falleció después de sufrir un infarto cuando realizaba obras de reforma en un bar de la zona de Playa Paraíso, en el municipio tinerfeño de Adeje, y añadió que el propietario del local lo arrastró hasta la calle para no verse comprometido. Fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias han informado de que la Guardia Civil, tras realizar averiguaciones, ha presentado una denuncia contra el propietario del local y ha iniciado una investigación para conocer las circunstancias de la muerte de Luis Beltrán Larrosa Conde.
Los hechos, el 25 de julioLas fuentes señalaron que la muerte se produjo el 25 de junio y explicaron que la Policía Nacional recibió ese día una llamada desde el hospital Hospiten Sur para comunicar que un hombre había fallecido. Los agentes que acudieron al centro hospitalario; en el hospital estaban el hijo del fallecido y otro familiar, que no manifestaron entonces nada. El hijo del fallecido ha declarado que el propietario del establecimiento, en lugar de llamar a los servicios de emergencia, arrastró a su padre hasta la calle, y aseguró que los hechos fueron observados por un vecino del lugar que llegaba a su casa y que le advirtió repetidamente que no podía tocarlo. Según Pablo Larrosa, el propietario contestó que sólo pretendía que tomara un poco el aire y lo dejó tirado en la calle, pero el vecino le reiteró que al arrastrarlo podía empeorar su estado. El vecino fue a llamar a una ambulancia y a comunicar los hechos a la Guardia Civil, según el relato de Pablo Larrosa, y comprobó a su regreso que el dueño del bar se había quitado la ropa de trabajo, ya que estaba ocupado en la reforma del local.

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